Anónimo.
Óleo sobre lienzo. 107cm. x 86,5cm.
1.ª mitad del siglo XVII
Lienzo de Santa Clara en el Museo de Borja. (Foto: E. Lacleta)
En la madrugada del Lunes Santo de 1211 ó 1212, un
rica y hermosa joven de Asís, llamada Clara Favaronne,
seducida por la predicación de San Francisco, huyó de su casa paterna hacia
Santa María de la Porciúncula donde la esperaba el fundador franciscano para
consagrarla a Dios. Nacía de esta manera la rama femenina de los Hermanos
Menores que, por aquel entonces, según les impuso Francisco, eran conocidas
como Damas Pobres.
Uno de los episodios hagiográficos más importantes y conocidos de la santa aconteció en 1241, cuando los sarracenos integrantes de las tropas del emperador Federico II quisieron asaltar el convento. Entonces, según el relato de una de las testigos de su proceso de canonización, "madonna Clara se hizo conducir hasta la puerta del refectorio y mando que trajesen ante ella un cofrecito donde se guardaba el Santísimo Sacramento... y postrándose en tierra en oración, rogó con lágrimas diciendo , entre otras, estas palabras: Señor, guarda Tú a estas siervas tuyas, pues yo no las puedo guardar". La oración surtió el efecto deseado, y los sarracenos se marcharon sin causar ningún daño.
Santa Clara de Asís por Scipio Pulzone
El lienzo conservado en el Museo se inspira claramente en la obra realizada por el pintor Scipio Pulzone en la segunda mitad del siglo XVI, conservado en la actualidad en el Museo del Colegio del Patriarca de Valencia. El retratista de los Farnesio representó a la santa en tres cuartos, girada levemente a la derecha en actitud reverente, con el hábito y manto de estameña y trabilla de madera, elemento propio de los franciscanos y clarisas descalzos y sosteniendo con ambas manos una custodia tipo templete, jocalia que la religiosas barroca prefirió al cofre citado en las fuentes como exaltación eucarística.
La obra borjana sigue con fidelidad el retrato de Pulzone, y quizá el artífice contó con el grabado de la misma que ilustran los Icones Sancta Clarae impresos entre 1613 y 1621. Hay, sin embargo, algunos elementos que la diferencian. Por un lado la distinta tipología de la custodia que, en esta ocasión, la santa no toca directamente con las manos sino con un velo transparente que cae desde la pequeña cruz que la remata. Por otro la eliminación del paisaje alegórico por un fondo oscuro en el que Santa Clara queda iluminada por un foco de luz procedente tanto de la parte superior como de la izquierda, tal y como es típico en la pintura tenebrista.
Detalle de Santa Clara con la custodia. (Foto: E. Lacleta)
La obra fue restaurada recientemente para su exposición en la sala I del Museo a cuenta de la Asociación de Amigos del Museo de Santa Clara.
Vista general del lienzo de Santa Clara en la sala I del Museo. (Foto: E. Lacleta)
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