MUSEO DE LA COMUNIDAD DE FRANCISCANAS CLARISAS DE BORJA. (ZARAGOZA) ESPAÑA

martes, 11 de agosto de 2015

LA PRIMERA EDICIÓN DE LA VIDA DE NUESTRA SERÁFICA MADRE SANTA CLARA DE SOR MARIANA SALLENT TRASOBARES

En Zaragoza : por Domingo Gascon..., 1700
[24], 160 p., [1] h. de grab.; 8.º 
Port. con orla tip.
H. de grab. xil. representando a Santa Clara. 


        En el día de hoy, cuando la Segunda Orden Franciscana celebra la solemnidad de su fundadora, queremos traer a esta página la que, sin duda, es la hagiografía más exquisita de Santa Clara de Asís escrita en verso a lo largo de los siglos. Su autora fue la clarisas borjana sor Mariana Sallent Trasobares. (Borja 1665-Borja 1746), la quinta hija sobreviviente del matrimonio constituido por el médico Francisco Sallent y Catalina Trasobares. Mientras que ésta última falleció en 1669, tras dar a luz a su hermana María Teresa, el doctor Sallent lo hizo en 1676. La pérdida de sus progenitores resultó decisiva para que los albaceas testamentarios de don Francisco Sallent decidieran colocarla, junto con sus tres hermanas, bajo el amparo del convento de las clarisas de su ciudad natal, donde se efectuó la toma de hábito conjunta el 6 de febrero de 1676. Las cuatro hermanas fueron profesando a medida que iban cumpliendo la edad requerida, en el caso de sor Mariana el 9 de noviembre de 1682. Entre los muros de esta clausura aragonesa, de las que nuestra biografiada llegó a ser abadesa entre 1715 y 1718, las hermanas Sallent florecieron en virtudes y santidad, siendo, posiblemente, las más importantes e influyentes que hayan morado jamás en el mismo gracias al amparo, protección y mecenazgo que ejerció su hermano mayor, Francisco Antonio Sallent, que en 1705 fue nombrado obispo auxiliar electo del arzobispado de Valencia, aunque por su repentino fallecimiento, acaecido el 11 de febrero de 1706, no pudo llegar a ser consagrado.

Santo Cristo del Coro, hoy en la sala capitular del convento, a quien sor Mariana dedicó su obra. 
(Foto: E. Lacleta)

Cuando sor Mariana contaba con 35 años vio publicada por primera vez su Vida de la seráfica madre Santa Clara, una excepcional hagiografía de la “plantita” de San Francisco que dedicó al Santo Cristo del Coro. En ella dio sobradas muestras de su excepcional numen poético. Tanto es así que, en opinión de autores tan destacados como Eiján, “su subyugadora belleza, lo correcto de las frases, la viveza de las imágenes, la sublimidad de los conceptos y lo impresionante de los contrastes” la convierten en una composición única en toda la literatura franciscana mundial. De ello dan buena cuenta los versos que insertamos a continuación, que fueron copiados en los Papeles Curiosos Manuscritos del duque de Osuna, hoy conservados en la Biblioteca Nacional de España. 


¿Qué afecto es éste, decía,
que lo entiendo y no lo entiendo;
peno, y parece que gozo;
gozo y parece que peno?

¿Qué ardor abrasa, del frío
corazón la espera, siendo,
del mismo Ardor, el ardor
la llama y el refrigerio?

¿Qué es esto, que en mi produce
tristes y alegres extremos;
tormentos en los que logro
glorias, en las que padezco?

¿Qué achaque es éste, que deja
tan desayxado el remedio;
que con la dolencia sano,
con la medicina muero?

¿Qué fuego es éste, que arde
al contrario que otros Fuegos,
pues con suspiros lo apago,
y con lágrimas lo enciendo?

Yo favrico mi dolor
del mismo bien que poseo,
pues tengo aquello que lloro,
y lloro aquello que tengo.

        La obra puede descargarse íntegra en https://books.google.es

Santa Clara de Asís en su retablo de Borja del escultor José Ramírez de Arellano. 


        Solo nos resta felicitar a las hermanas clarisas de Borja en el día de su fundadora.