MUSEO DE LA COMUNIDAD DE FRANCISCANAS CLARISAS DE BORJA. (ZARAGOZA) ESPAÑA

domingo, 28 de diciembre de 2014

SAGRADA FAMILIA
Óleo sobre lienzo
Estilo: barroco


Sagrada Familia en la iglesia de las clarisas (foto: Enrique Lacleta)

        Coincidiendo con la solemnidad de la Sagrada Familia, queremos traer hasta este blog el que posiblemente sea el mejor lienzo barroco conservado en la ciudad de Borja. Forma parte del exorno de la iglesia conventual de las clarisas, y se localiza en la nave del templo, en el lado de la Epístola. De grandes dimensiones, aunque en origen todavía eran mayores dado que uno de los ángeles de la parte superior aparece cortado a la altura de la cintura, muestra a San José, de aspecto anciano, con la mirada puesta hacia lo alto mientras sostiene entre sus manos al Niño Jesús sobre un lienzo de tela blanca.

 Detalle del lienzo de la Sagrada Familia. (Foto: Enrique Lacleta)

       A su alrededor se ubican una serie de ángeles mancebos. El de la izquierda del espectador aparece arrodillado, conduciendo su mano derecha hacia el pecho en actitud reverente mientras sostiene con la izquierda la vara florida, el principal atributo de San José. El del lado contrario, único personaje que mira directamente al espectador juntamente con el Niño Jesús, sostiene un pequeño cesto con las herramientas propias del oficio de carpintero y un ramo de azucenas alusivo a la pureza del santo. 

Detalle de uno de los ángeles mancebos. (Foto: Enrique Lacleta)

        El evidente protagonismo dado a San José plantea la hipótesis de que, en origen, el lienzo únicamente estuviera dedicado a su persona, siendo incorporada posteriormente la figura de la Virgen María, que contemplativa de la escena, aparece en un segundo plano. De hecho parece haber sido retocada como denota el corte rectangular del lienzo a la altura de la cabeza. 

Detalle de la Virgen María. (Foto: Enrique Lacleta)

        La obra fue restaurada en el año 2006 a cargo de la comunidad de hermanas franciscanas clarisas de Borja. 


domingo, 21 de diciembre de 2014

FELICITACIÓN DE NAVIDAD



¡Evangelio Viviente! ¡Manantial de alegría para los pequeños! Ruega por nosotros. Amén. Aleluya. (papa Francisco)




sábado, 22 de noviembre de 2014

LOS HIMNOS A SAN SEBASTIÁN


San Sebastián en su retablo mayor de la iglesia del convento de Santa Clara
José Ramírez de Arellano (1743-1745)


       Hoy, festividad de Santa Cecilia, queremos traer al blog uno de los dos himnos  con los que contaba la cofradía de San Sebastián  para honrar a su santo patrono cada 20 de enero. Las partituras originales se han conservado en el archivo musical del convento de las clarisas, en cuya iglesia, dedicada al santo milanés, tiene establecida su sede canónica. El primero de ellos fue compuesto en 1880 por el borjano D. Ángel Chueca, organista de la S.I. Catedral Primada de Toledo, el segundo, con posterioridad a 1896, por D. Ángel Pereda Matud. Es la primera de la composiciones de la que vamos a ocuparnos, cuya letra reza lo siguiente: 

Hoy nos convida la Iglesia
a obsequiar a un nuevo sol,
a un valeroso soldado
de la Iglesia del Señor.
Fue el más valeroso varón
de la religión de Cristo,
el consuelo de afligidos
y terror del gentilismo.
Tú sellaste con tu sangre
la verdad del Evangelio,
y este pueblo entusiasmado
te obsequia hoy con gran celo.
Tú mereciste el renombre
de defensor de la Iglesia,
siendo apóstol del Señor
y mártir a toda prisa.
Fuiste héroe constante
quien odió de nuestra fe,
te dejaste moler a palos
pues tu gozo es padecer.
Aún no saciado el tirano
fuiste asaeteado,
y tan precioso tesoro
a un muladar fue arrojado
Mas hoy, ya que desde el cielo
escuchas nuestra oración,
bendice a esta cofradía
que te ofrece el corazón.

       El himno, para una voz y acompañamiento de órgano, está escrito en compás de 4/4 y tonalidad de Fa mayor. Su aire marcial, cercano al de una marcha militar tan apropiada para un soldado del ejército romano, nos conduce hacia bellas modulaciones a tonos vecinos en su segunda parte, principalmente a Sol mayor, para pasar, tras bellos solos entre la voz y el órgano, a la tonalidad primera en su majestuosa parte final.

domingo, 16 de noviembre de 2014


LOS LIBROS LITÚRGICO-MUSICALES DEL ARZOBISPO ALFONSO GREGORIO


        El 30 de abril de 1603 fue fundado en Borja el convento de Santa Clara, el primero femenino de la ciudad, por sor Esperanza Ortal, sor Ana Xabar, sor Isabel Casales y sor Petronila Sariñena, monjas procedentes del convento de Santa Catalina de Zaragoza. Así pues, más de cuatrocientos años de existencia han generado un extraordinario patrimonio que, lejos de los sucedido en otro tiempo, sus propietarias han sabido advertir su valor, un cambio de mentalidad que se ha traducido en la consolidación del edificio, la restauración de su iglesia y de algunos de los lienzos que constituyen su exorno, la recuperación de sus ricos archivos histórico y musical y la creación del Museo conventual. Es, en este contexto, donde diversos investigadores, historiadores del arte e historiadores hemos comenzado a poner nuestra mirada en un convento que, hasta la actualidad, no había sido objeto de la atención que merecía, dando a conocer parte de su historia y de patrimonio en distintas publicaciones especializadas. 

       Fruto de este trabajo fue el hallazgo en 2008 de tres de los cinco libros litúrgico-musicales que se propuso realizar el arzobispo de Zaragoza D. Alfonso Gregorio a finales del siglo XVI y que se han conservado en el convento borjano. Nos estamos refiriendo al Antiphonarium de Sanctis  (1596), al Antiphonarium de Tempore (1598) y al Missarum de Sanctis (1598), todos ellos realizados en la tipografía de Pascual Pérez, “uno más de los numerosos y excelentes maestros impresores que trabajaban activamente en nuestra ciudad a finales del s. XVI”,  y que hasta el trabajo del profesor Ángel San Vicente resultaba casi desconocido. La noticia fue dada a conocer por Heraldo de Aragón, cuyo enlace insertamos a continuación:

http://www.heraldo.es/noticias/cultura/el_patrimonio_musical_aragones_recupera_tres_joyas_bibliograficas_halladas_borja.html

     Los dos antifonarios fueron objeto de estudio y publicación en una edición  facsimilar auspiciada por la Sección de Música Antigua de la Institución “Fernando el Católico”, donde quedó de manifiesto la rareza e importancia de estos ejemplares, máxime cuando en el año 1996 sólo se tenía constancia de la existencia del Antiphonarium de Tempore en las bibliotecas privadas de los profesores Lothar Siemens Hernández y Jesús Gonzalo López así como en la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, lugar éste último donde también se conserva el Antiphonarium de Sanctis

Antiphonarium de Sanctis

     D. Alfonso Gregorio ocupó la sede arzobispal desde el 1 de mayo de 1593 hasta su fallecimiento, acaecido el 27 de octubre de 1602, viéndose caracterizado su gobierno por una “intensa actividad pastoral”. En la dedicatoria de ambos antifonarios puso de relieve la escasez de obras de esta naturaleza en su archidiócesis, su importancia en la alabanza divina así como la necesidad de imprimirlas si se carecía de ellas. De tal manera, los ejemplares conservados en Borja, aun perteneciendo la ciudad a lo largo de su historia a la diócesis de Tarazona, deben considerarse el fruto de una de las máximas prioridades que rigieron el gobierno del prelado.

Antiphonarium de Tempore

         En la citada edición facsimilar quedó patente que la idea inicial de D. Alfonso Gregorio era la publicación de cinco libros, aunque sólo se conocían con seguridad los dos antifonarios, y, con ciertas reservas, el Manuale seu Rituale Caesaraugustanum, editado por Lorenzo Robles en 1600 y que Juan M. Sánchez localizó en la biblioteca del convento de Ntra. Sra. de Cogullada, ejemplar actualmente desaparecido, aunque se habría conservado otro en la parroquia de la localidad de Cubel. En la actualidad, podemos añadir a esta nómina el Missarum de Sanctis conservado en Borja, y que según don Pedro Calahorra existe otro ejemplar en la catedral de Jaca, así como un Missarum de Tempore localizado en la colegiata de Daroca.

Liber Missarum de Sanctis

        El Missarum de Sanctis contiene la música de las partes del Propio de la Misa, tanto para el Propio de los Santos siguiendo el calendario de la Iglesia Universal, como para el Común de los Santos y difuntos, donde también se recogen las festividades del calendario de la Iglesia en España y las del de Zaragoza. El libro se completa con varios aspersorios y partes del Ordinario de la Misa para el Común de los Santos y difuntos. Así pues, el hallazgo de estos tres ejemplares en el convento de Santa Clara resulta ser de una importancia extraordinaria, tanto porque se desconocía su existencia en Borja como porque es el único lugar en el que se han conservado juntos tres de los cinco libros proyectados por el prelado.

sábado, 8 de noviembre de 2014

LA DEVOCIÓN DE LAS CLARISAS A LA VIRGEN DEL CORO


        Las referencias existentes en el archivo conventual acerca de la imagen de la Virgen del Coro son ciertamente escasas, aunque no por ello dejan de ofrecer datos sumamente importantes. Tanto el Libro de la fundación como el Libro Cabreo coinciden en afirmar que la talla, venerada antiguamente en el coro del convento de Nuestra Señora de Jesús de Zaragoza, fue traída a Borja en 1603 por las madres fundadoras como regalo del reverendo padre provincial fray Juan Carrillo.


Coro alto del convento de Santa Clara de Borja presidido por la Virgen del Coro. 
En primer plano, detalle de su hermosa reja labrada en madera. (Foto: E. Lacleta)

          Desde su llegada a la ciudad, siempre recibió culto en el coro alto del convento, y desde un principio fue objeto de especial atención y veneración de las religiosas. En el año 1625 sor Elena Lajusticia regaló dos coronas de plata para la Virgen y el Niño que costaron 20 escudos, aunque las actuales son obras de la segunda mitad del siglo XVIII realizadas por el orfebre zaragozano Manuel Cardiel. Posteriormente, y de su propio peculio, las religiosas le regalaron cintillos de oro, collares de perlas y, especialmente, mantos. 

Tosco dibujo de la Virgen del Coro con manto realizado por alguna monja en el libro 
Peregrinación de Filotea, publicado en 1680. (Foto: A. Aguilera). 

        Así es, los obsequios más abundantes a lo largo de los siglos fueron, como hemos indicado, los diversos mantos con los que era vestida, práctica de la que también nos informa el padre Roque Alberto Faci y de la que tenemos constancia documental desde la segunda mitad del siglo XVII, concretamente hacia 1680. También conocemos la existencia en el convento del oficio de “Camareras de Ntra Señora” que, desempeñado por dos religiosas, consistía en el cuidado de esta imagen. Desafortunadamente, todavía no han podido ser localizados estos piezas textiles en el convento, aunque la devoción de sor Tomasa Alduy, o la de alguna otra religiosa a la que perteneció el libro Peregrinacion de Philotea al santo templo y monte de la Crvz del obispo de Osma Juan de Palafox y Mendoza, la hizo representar de esta manera. 


Papa Clemente XII. (Foto: wikipedia)

           En torno al año 1714 debió realizarse el retablo-hornacina en el que actualmente se encuentra la imagen, y junto a ella fueron colocados en distintos momentos los objetos y reliquias más preciadas por la comunidad. Asimismo, las fundaciones instituidas por las monjas en el siglo XVIII manifiestas la devoción hacia la imagen, al igual que un breve pontificio por el que, el 17 de abril de 1731, S.S. Clemente XII, concedía poder alcanzar la indulgencia plenaria en este altar. 


Virgen del Coro en su camarín. (Foto: E. Lacleta).

        De entre los prodigios excepcionales que refieren las crónicas, se alude a que en una ocasión el Niño Jesús le dijo a una religiosa  “Yo Soy la flor del Campo” y, en 1731, cuando otra hermana estaba agonizando, se llevó hasta su celda, mejorando notablemente, pues llegó a vivir cinco años más. También se ha llamado tradicionalmente la atención sobre los cambios que experimenta la expresividad del rostro de María en función de los tiempos litúrgicos. 


lunes, 6 de octubre de 2014

EL PROCESO DE RESTAURACIÓN DE LA VIRGEN DEL CORO


Estado inicial de la Virgen antes de la intervención. (Foto: A. Aguilera)

       Cuando en el año 2009 la comunidad de clarisas decidió abordar la restauración de la venerada imagen de la Virgen del Coro, no se contaba con documentación que indicase las diferentes intervenciones y transformaciones sufridas por la talla, aunque a simple vista éstas eran evidentes, como los recrecidos de estucos, retallados parciales y, especialmente, la mutilación de la corona de madera de la Virgen, con objeto de poder colocarle la de plata, y la policromía que presentaba a base de pinturas plásticas y purpurinas. 


Imagen de la Virgen una vez eliminado el repinte de 
capas de pintura y purpurinas. (Foto: P. Bea)

        En efecto, la actuación más agresiva era la de su desafortunada repolicromía, pero también se sospechaba que podía existir un añadido de telas encoladas y enyesadas para dar volumen a los ropajes. Su estado de conservación, sin embargo, era aceptable, aunque presentaba ataques de xilófagos. 

Talla de la Virgen del Coro una vez finalizada la restauración. (Foto: E. Lacleta)

       El proceso de restauración, encomendado al Estudio de Restauración de Bienes Culturales de Zaragoza, comenzó con la protección previa de la imagen y la eliminación de polvo y de las deposiciones superficiales. La madera fue tratada contra el insecto xilófago y también se consolidó el soporte para devolverle la cohesión interna. Por su parte, las carnaciones originales a pulimento y el dorado al agua de los cabellos aparecieron bajo la policromía, pero no se localizaron las originales en los ropajes, lo que llevó a la necesidad de proceder a una reintegración cromática mediante el trateggio modulado. Finalmente, se le aplicó como protección barniz satinado. 


Reproducción de la Virgen del Coro realizada por las hermanas clarisas de Borja. 
(Foto: Centro de Estudios Borjanos). 

         Debido a la veneración y significación de la imagen dentro del convento, se descartó el que formara parte de los fondos permanentes del Museo pues, en el día de hoy, sigue presidiendo el diario vivir conventual desde su hornacina del coro alto del convento, así como las elecciones de las abadesas cada tres años. Por contra, se optó por colocar una fotografía en la vitrina de la sala II, dedicada a las piezas fundacionales de este claustro femenino, así como colocar una reproducción que, de la misma, realizan las hermanas gracias al molde que les donó el escultor D. Carlos Arrabal.

sábado, 13 de septiembre de 2014

BALANCE DEL PRIMER AÑO DE VIDA


Asistentes al acto institucional en la iglesia del convento. 
13 de septiembre de 2013. (Foto: E. Lacleta)

        El 13 de septiembre de 2013, tras un solemne acto multitudinario en el que la ciudad de Borja demostró su cariño hacia las franciscanas clarisas, el Museo de Santa Clara quedaba bendecido e inaugurado como fruto de la generosidad de las hermanas y del trabajo callado y desinteresado de diversos colaboradores y bienhechores de la comunidad religiosa que, integrados y agrupados en la Asociación de Amigos del Museo de Santa Clara, son los que, fundamentalmente, contribuyeron al montaje del aparato expositivo, a la restauración de buena parte de los fondos permanentes o a la búsqueda del capital económico necesario para ello. Dicha asociación, nació con anterioridad a la apertura del Museo, y es la que le sirve como cauce participativo y de representación legal. 


Miembros de las Hermandades de la Virgen de la Peana 
de Barcelona y Zaragoza visitando el Museo el pasado mes de agosto. (Foto: C. Chueca). 

        Han sido 365 días en los que han discurrido por sus salas las Hermandades de Ntra. Sra. de la Peana en Zaragoza y Barcelona, los niños de primaria del Colegio de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana de nuestra ciudad o la Fundación Tarazona Monumental, así como numerosos grupos y visitas individuales hasta completar, por el momento, un total de 2.289 personas, cifra de la que nos sentimos especialmente satisfechos, dado que los comienzos de cualquier proyecto no están casi nunca exentos de dificultades. Recordemos en este punto que el Museo no cuenta con subvención pública alguna ni goza de campaña de difusión publicitaria.


Paso de la sala I del Museo. (Foto: E. Lacleta)

        Digna es de destacar también la colaboración de un grupo de voluntarias que son las que posibilitan que el Museo pueda abrir sus puertas todos los fines de semana u otros días en los que se ha solicitado, así como la del Centro de Estudios Borjanos de la Institución "Fernando el Católico", que quiso dedicarle una colección específica dentro de sus publicaciones, reimprimiendo con carácter individual algunos de los artículos aparecidos en su revista Cuadernos de Estudios Borjanos. 


N.º 1 de la colección dedicada por el Centro de Estudios Borjanos 
al Museo de Santa Clara. (Foto: Centro de Estudios Borjanos)

        Por medio de este blog, hemos hecho presente al Museo y al convento en numerosos países registrándose visitas procedentes, especialmente, y por este orden, de España, EE.UU, México, Colombia, Alemania, Francia, Argentina, Rusia, Turquía y Chile como las más numerosas. 


Visita de uno de los cursos de primaria del Colegio de Santa Ana de Borja con la bolsa de palomitas con la que las hermanas clarisas quisieron obsequiar a los niños. (Foto: Colegio de Santa Ana).

       Ojalá que todas las personas que han pasado por el Museo hayan quedado satisfechas en sus expectativas, enriquecidas interiormente con la contemplación de más de 100 obras artísticas que constituyen la expresión de la fe de un pueblo y de una comunidad religiosa a Dios durante más de cuatro siglos de trayectoria. 



















        


lunes, 8 de septiembre de 2014

LA VIRGEN DEL CORO
Anónimo
Talla en madera de nogal policromada. 70 x 30 x 25 cm. 
Segunda mitad del siglo XV



Virgen del Coro en su retablo-hornacina del coro alto 
del convento de Santa Clara. (Foto: E. Lacleta)


        En el coro alto del convento de Santa Clara de Borja se ha conservado una enigmática imagen sedente de la Virgen María, a la que las religiosas llaman cariñosamente «del Coro», presidiendo como en antaño la vida contemplativa de la comunidad. A pesar de ser citada ya en la conocida obra del padre Roque Alberto Faci: Aragón, Reino de Cristo y dote de María Santísima, concretamente en su segunda parte -publicada en Zaragoza, en 1750- la imagen resultaba prácticamente desconocida hasta el año 2008, en el que, en la ciudad de Calatayud, fue presentada a la comunidad científica en el transcurso de la II Jornada de Patrimonio Cultural de la Iglesia organizada por la Delegación de Patrimonio de la diócesis de Tarazona.  

Virgen del Coro tras su restauración en el año 2009. (Foto: E. Lacleta).

        La talla, realizada en madera de nogal, responde desde un punto de vista iconográfico  al tipo de María sedente sobre un trono con molduras laterales.Con su mano izquierda sostiene al Niño que aparece sentado en su regazo, mientras que con la derecha porta un objeto esférico que puede ser el orbe o una manzana, en alusión a su papel de nueva Eva en la historia de la salvación. La Virgen aparece sin velo, con el pelo liso peinado con la raya en medio con dos guedejas que caen sobre sus hombros. Viste túnica blanca —con los ribetes de las mangas y el escote rojo y dorado— ceñida a la cadera por un cinturón de estas mismas tonalidades. Sobre ella, un manto verde turquesa cae desde los hombros en amplia curva por el lado derecho hacia el regazo,cubriendo el brazo izquierdo y encontrándose ambos puntos en este mismo lado. Desde ahí, baja hacia los pies en pliegues verticales y ondulados que dejan ver parte de la túnica y los chapines. 

Detalle de las efigies de la Virgen del Coro. (Foto: E. Lacleta)

        Por su parte, el Niño aparece situado sobre el brazo izquierdo de María, ligeramente ladeado hacia la derecha. Con su mano izquierda porta el orbe como muestra de su poder mayestático sobre toda la creación mientras levanta la contraria en actitud de bendecir. Manto y túnica son de las mismas tonalidades blancas que las de su madre, así como los ribetes dorados y rojos que los decoran. Así pues, la imagen de la Virgen del Coro es un claro ejemplo de producción popular arcaizante que puede situarse cronológicamente en la segunda mitad del siglo XV. Aunque su anónimo autor no renunció a los tradicionales símbolos y mantuvo la continuidad tipológica con modelos románicos, rompió con el hieratismo y frontalidad propias de estas tallas para acentuar, por el contrario, los rasgos maternales, dotando a los rostros de una cierta dulzura en sus expresiones, especialmente en el del Niño, que muestra una ligera sonrisa en contraposición al melancólico semblante de María.

        En el siguiente enlace puede consultarse la obra del carmelita Roque Alberto Faci, que refiere la talla en las páginas 126-127: 

http://books.google.es/books?id=8ERFrYv9VAIC&printsec=frontcover&dq=roque+alberto+faci&hl=es&sa=X&ei=E1IMVOekHobT7Aat1oG4CQ&ved=0CCAQ6AEwAA#v=onepage&q=roque%20alberto%20faci&f=false


sábado, 23 de agosto de 2014

LAS HERMANDADES DE LA VIRGEN DE LA PEANA VISITAN EL MUSEO DE SANTA CLARA




        En el día de hoy, las Hermandades de Ntra. Sra. de la Peana de Barcelona y Zaragoza han celebrado su tradicional jornada de convivencia en la ciudad. Tras la celebración de la Santa Misa en el convento de la Concepción, y el canto de la salve ante la imagen de la patrona de la ciudad, en la colegiata de Santa María, un numeroso grupo de borjanos se han acercado hasta las instalaciones del Museo de Santa Clara.

        
        Allí, las religiosas franciscanas clarisas han ofrecido un pequeño refrigerio a los visitantes, tras el cual se ha procedido a la visita de las siete salas donde se exponen las más de cien piezas artísticas que conforman los fondos permanentes del Museo. 



        Esperamos que la visita haya sido del agrado de los visitantes y reiteramos nuestra colaboración para todo aquello que, de nosotros, puedan requerir nuestras muy queridas Hermandades de Zaragoza y Barcelona. 

lunes, 11 de agosto de 2014

LAS CANONESAS DEL SANTO SEPULCRO Y LA HERMANDAD DE LA VIRGEN DE LA PEANA EN ZARAGOZA VISITAN EL MUSEO DE SANTA CLARA


        El pasado sábado, 9 de agosto, un nutrido grupo de borjanos de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Peana de Zaragoza visitó el Museo de Santa Clara acompañados por las canonesas del Santo Sepulcro y por su presidente, D. Javier Lajusticia Sanmartín. 



       Tras ser recibidos por la comunidad de franciscanas clarisas en el locutorio mayor del convento, donde las religiosas ofrecieron un pequeño refrigerio, procedieron a visitar las instalaciones del Museo. 



        La Hermandad de Ntra. Sra. de la Peana nació en Zaragoza en 1950, cuando un grupo de borjanos afincados en Zaragoza decidieron mantener vivas sus raíces borjanas en torno a nuestra patrona, la Virgen de la Peana. Desde hace ya bastantes años tiene establecida su sede canónica en la iglesia de San Nicolás de Bari, templo conventual de las religiosas canonesas. 


domingo, 10 de agosto de 2014

EN LA SOLEMNIDAD DE SANTA CLARA DE ASÍS





        En el día de mañana, las clarisas celebrarán la solemnidad de su santa fundadora, Clara de Asís, nacida en 1173 y la primera mujer autora de una Regla. Fue en la madrugada del Lunes Santo de 1211 ó 1212 cuando una rica y hermosa joven de Asís, llamada Clara Favaronne, seducida por la predicación de San Francisco, huyó de su casa paterna hacia Santa María de la Porciúncula donde la esperaba el fundador franciscano para consagrarla a Dios. Nacía de esta manera la rama femenina de los Hermanos Menores que, por aquel entonces, según les impuso Francisco, eran conocidas como Damas Pobres.





          Uno de los episodios hagiográficos más importantes y conocidos de la santa aconteció en 1241, cuando los sarracenos integrantes de las tropas del emperador Federico II quisieron asaltar el convento. Entonces, según el relato de una de las testigos de su proceso de canonización, "madonna Clara se hizo conducir hasta la puerta del refectorio y mando que trajesen ante ella un cofrecito donde se guardaba el Santísimo Sacramento... y postrándose en tierra en oración, rogó con lágrimas diciendo , entre otras, estas palabras: Señor, guarda Tú a estas siervas tuyas, pues yo no las puedo guardar". La oración surtió el efecto deseado, y los sarracenos se marcharon sin causar ningún daño.E




        En su iglesia conventual de Borja, la imagen de Santa Clara se localiza en un retablo ubicado en uno de los brazos del crucero, el correspondiente al lado de la Epístola, portando como elementos iconográficos característicos el báculo de abadesa y la custodia con el Santísimo. 



       Tanto la mazonería del retablo como la propia escultura fueron realizadas por el notabilísimo escultor José Ramírez de Arellano en 1746, mientras que los trabajos de policromía corrieron por cuenta, al año siguiente, de Pedro Luzán, hermano del destacado pintor José Luzán. 

domingo, 29 de junio de 2014

NUEVO HORARIO DE VERANO

Durante los meses de verano el Museo de Santa Clara permanecerá abierto todos los fines de semana en horario de 11.00 a 13.00 h. y de 18.00 a 20.00 h.

domingo, 18 de mayo de 2014

SANTA TERESA DE JESÚS
José Ramírez de Arellano y taller
Talla en madera policromada y encarnada
Segunda mitad del siglo XVIII
Santa Teresa de Jesús. (Foto: E. Lacleta)

       En el día internacional de los Museos, volvemos con una nueva entrada de este blog dedicada a Santa Teresa de Ávila, una de las santas más importantes de la Iglesia católica y una de las tres únicas doctoras reconocidas por Ésta junto a Santa Catalina de Siena y Santa Teresita del Niño Jesús. Nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515, entrando en el Carmelo a los 18 años de edad. Ya a los 45 años, junto con San Juan de la Cruz, introdujo en la orden la reforma carmelitana, y su vida estuvo plagada de profundas experiencias místicas y espirituales. Murió en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1572. 

Santa Teresa de Jesús. (Foto: E. Lacleta)

        La devoción que profesaron a la santa abulense las hermanas Sallent, cuatro clarisas de origen borjano, así como la de su propio hermano Francisco Antonio, obispo auxiliar electo del arzobispado de Valencia, queda constatada por su empeño en conseguir tres reliquias que, finalmente, pudieron llegar al convento de Borja y, de hecho, fue el prelado el promotor de una de las celebraciones religiosas más solemnes que tuvieron lugar aquí. Se trata de la fiesta que instituyó en honor de Santa Teresa de Jesús. La rápida propagación de su culto, posibilitó el surgimiento de una iconografía exclusiva y particular de la santa en fechas tempranas. Su propia personalidad y experiencias místicas también encajaron perfectamente en la pasión propia de la España del barroco, motivo por el que Santa Teresa fue muy representada en los siglos XVII y XVIII, incluso en centros religiosos como el de Borja, perteneciente a otra Orden distinta de la Iglesia. 

Santa Teresa de Jesús. Detalle del rostro. (Foto: E. Lacleta)

        La existencia de esta escultura, que hoy puede admirarse en la sala cuarta del Museo, debe ponerse en relación con la fiesta fundada en el convento por Francisco Antonio Sallent. Se trata de una imagen de bulto, aparentemente de madera de pino, y de muy buena calidad artística cuya policromía se ha realizado a base de pintura al óleo y dorado al agua. La santa, de cara redondeada, finas cejas, boca pequeña, mentón marcado y ojos saltones recuerda al estilo de los Ramírez. Por otra parte, se representa de pie, en posición de contraposto con la pierna izquierda flexionada. 

Santa Teresa de Jesús. Detalle de la policromía de la capa. (Foto: E. Lacleta)

        Viste el tradicional hábito marrón carmelita y capa blanca decorados con motivos vegetales de gusto rococó. Además, Santa Teresa se muestra en pleno arrobamiento místico, con la boca entreabierta y semblante elevado al cielo, como denotaría también un pequeño agujero existente en el manto, donde se ubicaría una flecha en referencia a su experiencia mística más conocida: la Transverberación. Destaca, asimismo, su gran dinamismo e ímpetu gracias a la correcta ejecución de los plegados, el movimiento efectuado por el escapulario y su mirada mística puesta hacia lo divino. 

Santa Teresa de Jesús. Detalle. (Foto: E. Lacleta)

       En líneas generales, la talla borjana se ajusta al modelo castellano de Gregorio Fernández y, en palabras de Vázquez García, en esta imagen también se supo representar el triunfo de una mujer que mezcló lo místico con lo terreno. Esto último por medio del libro y de la pluma postiza que sostiene con sus manos izquierda y derecha respectivamente. 


Santa Teresa de Jesús. Detalle de la mano derecha de la santa. (Foto: E. Lacleta)

        
        La mano derecha, sin embargo, debió de sufrir algún percance, y tuvo que ser reemplazada por otra pieza bastante más tosca. La talla de Santa Teresa de Jesús es una de las pocas obras que se exhiben habitualmente en el Museo que todavía falta por restaurar.